jueves, 2 de mayo de 2024

¿Porqué no se recomienda hacer pruebas complementarias en niños sanos?

 Las pruebas complementarias como el análisis de sangre, orina, pruebas de alergia, de infecciones, radiografías, ecografías, etc. NO DEBEN HACERSE EN NIÑOS SANOS, SIN SÍNTOMAS O FACTORES DE RESGO DE ALGUNA ENFERMEDAD. 


Esta es la recomendación del GRUPO PREVINFAD, entidad científica dependiente de la Asociación Española de Pediatría que se encarga de dar directrices a los pediatras para la buena práctica de la prevención y promoción de la salud. Las instrucciones de Previnfad están totalmente alineadas con las de organizaciones similares en los países vecinos y en EEUU donde se practica por norma medicina basada en la evidencia.

Hacer pruebas no necesarias en niños sanos implica no solo molestias y preocupaciones innecesarias, sino que puede acarrear riesgo para la salud de los niños.

Debemos saber que toda prueba tiene un rango de normalidad establecido de forma prudente para que no haya errores en los valores límite, tanto altos como bajos. Ese margen de prudencia hace que en una determinación sanguínea aproximadamente el 5% de pacientes sanos estarán en esa franja y aparecerá la señal de valor alterado. Si multiplicamos este efecto por los 20 o 40 determinaciones en la analítica, entenderemos porqué casi siempre aparecen señales de "anormalidad" en cualquier analítica “normal”. Estas anomalías son despreciadas cuando no tiene concordancia con la buena salud del paciente.

Lo contrario pasa en un niño con síntomas de enfermedad en el que la analítica u otra prueba son normales, en médico no parará el estudio, continuará indagando con otros medios.

Un ejemplo de mala prácticca sería hacer pruebas de alergia en alguien que no ha tenido síntomas de alergia, el resultado positivo de las pruebas indica sensibilización pero no necesaramente alergia.

Otro ejemplo lo constituyen las inofensivas ecografías “preventivas” en recién nacidos sanos, no es raro que aparezcan imágenes en el límite de rango, que nos obligan a repetirlas, o a pedir otra prueba, o a indicar un tratamiento que al final se demuestra innecesario.

Por tanto, el pediatra debe seguir las recomendaciones de entidades científicas como PrevindadHACIENDO todas las actividades o pruebas que nos recomienda y NO HACIENDO las prácticas que nos desaconseja.

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