A partir de mañana, de forma general, ya no hay aislamiento obligatorio, incluso teniendo síntomas y siendo positivo, es lo que se ha llamado "gripalización" de la covid que básicamente implica cuidarnos como siempre en un catarro o una gripe y extremar la prudencia para evitar los contagios.
Actualmente tenemos una incidencia muy baja en la ciudad, la población está mayoritariamente vacunada o ha pasado la enfermedad y la variante de SARS-COV-2 que circula es poco virulenta. Todo ello en conjunto hace que sea razonable la nueva normativa.
El confinamiento poblacional durante meses, las insistentes recomendaciones de precaución, las medidas profilácticas, a veces excesivas y sobre todo la información desbordante por todos los medios han dejado mella en la población.
Podría decirse que la lucha contra una enfermedad infecciona ha causado efectos colaterales, pero no me refiero a las dermatitis en las manos del los niños por el uso excesivo de hidroalcohol, me refiero a patologías más complejas, como el aumento de sobrepeso infantil, trastorno de conducta alimentaria en adolescentes y trastornos obsesivos, sin olvidar la reducción de la interacción social de los niños tan importante para su desarrollo.
En las consulta de pediatría no hemos tenido casos importantes de covid-19, sin embargo si que tenemos casos con esos "efectos colaterales".
Por todo ello es buena noticia la reducción de medidas, la gripalización, en pro de la salud infantil en su sentido amplio biológico, psicológico y social.